El servicio de electricidad es esencial para el funcionamiento de hogares, empresas y comunidades, proporcionando la energía necesaria para iluminar, operar dispositivos electrónicos y maquinaria, así como para mantener servicios críticos como la calefacción, la refrigeración y la comunicación. Este servicio se gestiona a través de una infraestructura compleja que incluye la generación, transmisión y distribución de energía eléctrica, garantizando un suministro confiable y seguro. Además, la transición hacia fuentes de energía más limpias y renovables está transformando la manera en que se produce y consume electricidad, contribuyendo al desarrollo sostenible y a la reducción de emisiones contaminantes.